Como última etapa, y ya de regreso de nuestro viaje por León, varios Cofrades de la Muy Digna aprovechando, como coloquialmente se dice, que el Pisuerga pasa por Valladolid y ésta Ciudad se encontraba celebrando sus Fiestas de San Lorenzo, nos acercamos a la antigua capital del Reyno, donde se casaron los Reyes Católicos, nació Felipe II y murió Colón, entre otros muchos claro está.
Nos dirigimos a comer , después
de pasear por las bulliciosas calles en fiestas y tomar unos vinos en alguna de
sus anímadas casetas, a un restaurante que desde hace años es santo y seña de ésta bonita y
desconocida, para muchos, Capital
Castellana: La Parrilla de San
Lorenzo.
Este clásico restaurante del
centro de Valladolid ocupa parte de
los bajos del edificio neoclásico donde se ubica el Real Monasterio de San Joaquin y
Santa Ana. En el Monasterio vive una Comunidad de monjas recoletas pertenecientes a la Orden del Cister de San Bernardo, instaladas aquí desde 1596 con el
apoyo de Felipe II y reconstruido,
bajo planos de Sabatini, con el
apoyo de Carlos III a finales del siglo
XVIII.
El interior del restaurante
constituye un entorno muy agradable. Salones
con bóvedas de arista y de cañón,
recubiertos con piedra, ladrillo;
pinturas en techos, paredes adornadas con multitud de cuadros y objetos
artísticos maridando de una manera singular y sorprendente la Cocina Tradicional
con el Arte.
Su carta responde en su mayoría a la cocina castellana donde reinan por excelencia los lechazos
de raza churra, el Cabrito de la Sierra de la Culebra o sus excelentes chuletones
de la famosas terneras de raza sanabresa- alistana o sayaguesa, no en vano
su propietario es de San Martin de Tábara pequeño pueblo zamorano en las estribaciones de Sierra Culebra.
Llegamos al restaurante sobre las
15,30 h. Nos situaron en un precioso y recoleto reservado,
denominado según nos contó su propietario, como el Salón de la Transición, ya que era el preferido de Adolfo Suarez y Aznar entre otros políticos que habitualmente frecuentaban este
restaurante.
Como era ya tarde nos dejamos aconsejar por su
dueño Agustín Lorenzo Sanz, quien acertadamente
nos dijo tomáramos sólo unos ligeros entrantes para pasar después a tomar un estupendo chuletón o probar su Cordero.
Agustín Lorenzo Sanz |
Optamos por el Cordero, ya que la noche anterior
habíamos estado en el Capricho dando
cuenta de un sensacional Chuletón de Buey.
Cómo vino, nos ofreció un excelente
Vino de Toro elaborado con uvas de cepas
viejas en las Bodegas Viñas Zamoranas
de su propiedad en el pueblo de Coreses, perteneciente a la Comarca conocida como la Tierra del Pan y a pocos kilómetros de Zamora,Ciudad denominada en el Romancero como “La bien
Cercada” en alusión a sus Murallas.
De aperitivo nos puso unos deliciosos bocaditos de rollo de queso con anchoa sobre un lecho de pimiento rojo
asado coronados con boquerón en vinagre y brotes realmente deliciosos.
A modo de entrantes nos ofreció morcilla frita con cebolla caramelizada
y unos sabrosos riñones del cordero.
Como plato principal, salvo alguna excepción que se
decantó por probar avestruz, la mayoría de los Cofrades nos decidimos por el lechal, acompañado de una ensalada, atraidos por la fama de su Cordero de Raza Churra castellana procedente de la
zona del Valle del Esgueva, pequeño
afluente del Pisuerga y que se une a él en Valladolid.
Decir que el cordero estado en un
perfecto punto de asado, destacando por su Jugosidad, ternura , equilibrada grasa y
exquisito sabor propio de su tierna edad (menos de 30 días) alimentado exclusivamente
con leche materna y su asado en horno árabe de leña. Ciertamente a la altura de los mejores Corderos que hemos probado.
Rematamos la comida con unos
postres en los que no podía faltar la tradicional Tarta de las Monjas que es un rico bizcocho con natillas y chocolate.
Finalizamos la Comida charlando
amigablemente con Agustín quien nos obsequió a los Cafés y chupitos de orujo mientras nos hablaba de sus difíciles comienzos, nos contaba alguna anécdota
simpática de algún ilustre comensal; y nos invitaba a visitar sus bodegas, Viñas Zamoranas, inauguradas en el año 2000 , para probar además de un buen vino- sus Tresantos cuentan con varios premios y
90/95 puntos de Robert Parker- contemplar
el imponente edificio de corte neoclásico,
con friso, bajo relieves y columnas de mas de 15 metros de altura levantado
bajo su Dirección.
Bodegas Viñas Zamoranas |
También nos habló con orgullo de cómo levantó su espectacular Hotel Spa, Convento I, ubicado también en el pueblo de Coreses, en lo que fuera el antiguo Seminario de la Orden Alemana “El Verbo Divino” ; de la búsqueda de muebles casona antiguas y de la localización y recuperación de obras de arte para su decoración; de su remodelación en la que participaron artesanos, orfebres, pintores, muralistas durante más de 6 años bajo su dirección y supervisión hasta conseguir levantar este deslumbrante hotel a la afueras de Zamora capaz de exaltar los sentidos y recrear los mas diversos estilos decorativos de la Historia tales como el Griego, el arte Egipcio, el Románico, el Gótico, el Mudéjar, el Barroco, etc.
Hotel Spa Convento I |
Este Empresario zamorano tras
adquirir hace 17 años el templo románico
de San Leonardo de Zamora , utilizado como carbonera después de la desamortización de Mendizabal
, y sortear múltiples obstáculos
administrativos y burocráticos, tiene
previsto abrir alli otro proyecto hostelero con Restaurante y Café Concierto incluido.
Le deseamos mucha suerte y le damos
la enhorabuena a Agustín Lorenzo Sanz, auténtico mecenas y visionario, capaz de
hacer realidad sus sueños con enorme pasión y esfuerzo.
Levantamos mesa, prometiendo visitar algún día sus Bodegas y Hotel, y nos ponemos en
ruta.
La Muy Digna Cofradía del Sacro Paladar.
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