jueves, 2 de octubre de 2014

LA COTERUCA, PARADA Y FONDA OBLIGADA EN EL CAMINO LEBANIEGO

Gandarilla y la Coteruca al fondo 
De paso por el Camino Lebaniego hacia Santo Toribio , dejando el Mar atrás camino de las Montañas, nos topamos al poco de salir de la bella localidad marinera de San Vicente de la Barquera con la pequeña y bucólica Aldea Cántabra de Gandarilla. Allí, en plena campiña, se encuentra La Posada Hotel Rural LA COTERUCA, rodeada de verdes prados, en los que pasta y dormita el ganado, campos de maíz, y suaves colinas.
Iglesia nuestra Señora del las Nieves al Fondo


En esta ocasión, hicimos parada y fonda varios Cofrades de la Muy Digna,  atraídos por las fama de este recóndito lugar que, además de unas bien equipadas y coquetas habitaciones, nos ofrece  la posibilidad de disfrutar  de una autentica comida casera elaborada con productos de excepcional calidad cocinados con sabiduría y mimo por Nuria García Cabielles, quien heredó de su madre Iluminada su buen hacer en los fogones.

Hotel Rural Posada La Coteruca

No se queda atrás, su también joven hermana, Marian, quien mientras esperábamos mesa en la Barra del Bar, nos ofreció con amabilidad un buen plato de embutidos atendiéndonos luego con simpatía y familiaridad ,una vez sentados en la mesa del acogedor y pequeño comedor, haciéndote sentirte como en tu casa.

Marian y Nuria
En el Bar, mientras tomábamos relajadamente unas cervezas y vinos y dábamos buena cuenta de las chacinas, pudimos ver algunos de los trofeos de Torneos de Bolos y Arrastre de Piedras que la Familia García Cabielles ha obtenido a los largo de éstos años ya que los hermanos de Nuria y Marian, Epifanio y Francisco son unos buenos aficionados y  destacados deportistas de éstos Deportes Rurales.


Como no reservamos- opción aconsejable si quieres que te preparen algo especial, preguntamos por el pote del día ya que, además de la carta, preparan un menú en el que normalmente tienen un  plato de cuchara, el cual dependiendo de la época del año y el mercado ,consiste a veces en alubias rojas, fabada, o bien su excelente cocido montañés(No en vano estamos en la Comarca del Saja-Nansa) o su afamado arroz meloso con carne de Tudanca.


Tras unos entrantes a base de unos estupendos pimientos con anchoas y una tierna y aromática ensalada de lechuga y tomate (Cuentan con Huerta Propia), en ésta  ocasión probamos unas deliciosas alubias rojas estofadas, muy típicas también por ésta zona, sorprendentes por  su aroma , con un delicioso punto de ahumado procedente del pimentón; por su suavidad y espesura del caldo resultado de un cocción lenta y prolongada.



A la hora de elegir el segundo plato nos asaltaron mas dudas. No podíamos irnos sin probar su excelente Chuleta o tiernos filetes  de reses procedentes de  la famosa raza autóctona  Tudanca, criadas por Epifanio en su propia ganadería, pero tampoco pudimos resistir a la tentación de probar la carne estofada de aspecto meloso que vimos degustar con fricción y deleite  en alguna otra mesa cercana.



Chuletas Tudanca
Al final resolvimos nuestras dudas pidiendo un poco de todo y como buenos Cofrades compartiendo además de Mesa y Mantel, los Manjares que nos fueron trayendo.

Las Chuletas de Novilla Tudanca, de aspecto sonrosado, estaban tiernas, jugosas y con delicado sabor.


 Los Filetes gorditos, mas tiernos aún si cabe , igual de ricos y perfectos de punto, pero quizás de menor rotundidad aromática.


¡Y que decir del estofado¡, intenso, contundente, tierno, deshaciéndose en la boca   acompañado de una salsa exquisita. Todo ello acompañado, a modo de guarnición, por unas excelentes y bien fritas, patatas con pimientos.



Rematamos nuestra comida con unos postres caseros. Una deliciosa tarta de queso y un estupendo arroz con leche, del todo punto cremoso y con su peculiar y característico sabor a limón y canela

De bebida además de cerveza y agua, tomamos unas botellas de  Beronia crianza, un vino  afrutado, amable al paso y bien estructurado que acompañó muy bien a las carnes y el estofado de alubias.

En definitiva, LA COTERUCA, es un lugar que sorprende al viajero no sólo por la calidad de las viandas sino también por el trato familiar y cercano con que te obsequian las hermanas Nuria y Marian a las que felicitamos en nombre de La Cofradía de la Muy Digna, a ellas y a toda su familia que hacen de LA COTERUCA un sitio tan especial y singular. ¡Volveremos¡


Salud y Buen Apetito.

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