domingo, 30 de octubre de 2016

LA CASTAÑALERA, TABERNA POSADA RURAL CANTABRO-EXTREMEÑA EN LA COMARCA PASIEGA


Nos acercamos  hasta la pequeña aldea de Totero en el municipio Cántabro de Santa Maria de Cayón. Alllí es donde Venancio Baliñas, un extremeño del sur de Badajoz, comenzó hace unos 16 años con una Taberna, en la parte alta del pueblo,  que por derecho propio se ha ganado el reconocimiento de todos aquellos que la visitan. Se trata de LA CASTAÑALERA, una rustica taberna situada, de ahí el nombre, junto a un viejo castaño de mas de 200 años.


Ciertamente mereció la pena visitar este lugar donde Venancio nos acogió con extrema cordialidad. No en vano él también es Socio Fundador de una Cofradía Gastronómica, La Cofradía del Zapico, dedicada a ensalzar las virtudes de la gastronomía cántabra y donde dirige todos los lunes su Taller de Cocina en un local de Santander.



Podríamos decir que la Cocina que lleva a cabo Venancio es una cocina fusión; pero en este caso no de países lejanos, sino nuestra, Cantabro-Extremeña, combinando con sabiduría lo mejor de ambas tradiciones culinarias, utilizando con imaginación y gusto productos de Cantabria y de Extremadura, tanto por separado como armonizándolos en un mismo plato.


La carne es un capítulo aparte en la oferta que presenta al comensal que acude a su Taberna. Desde carne roja de vaca vieja presentada en Chuletón o Entrecots hasta los productos del cerdo ibérico como el Secreto, la Presa o  los Choricitos, pasando por los embutidos que de manera artesana Venancio elabora. Nos explicó modestamente que su familia tanto materna como paterna tenían allá en Badajoz,  en la serranía que linda con Huelva, una fábrica de embutidos y carnicería aprendiendo los secretos del oficio desde bien joven.


Si excelente son las Carnes a la Parrilla asadas en el Lar, no se quedan atrás sus Estofados guisados en caldero suspendidos sobre la lumbre y brasas  de troncos de leña mientras la carne va estofándose lentamente en su jugo, con verduras y especias que gusta de usar. Haciendo honor a su tierra de origen a la que suele ir a menudo, la Caldereta de Cordero junto a la Sopa de Tomate son otras de sus especialidades.



Conviene reservar  con antelación para asegurarse, si no los tuviera en la Carta ese día, poder degustar algunos de los Guisos y Potajes que por encargo Venancio prepara. La Caza y Setas en temporada; el “Pitu de Caleya “que cría el mismo; las Migas Extremeñas que borda, o sus Potajes; como son las Alubias “carillas ”con tomate, el Potaje de Gitana a base de Lentejas, Alubias y Garbanzos , los Callos con Garbanzos o el Cocido Lebaniego…



En nuestra visita probamos unos deliciosos Choricitos a la brasa y una sensacional Papada de cerdo ibérico embuchada en morcón junto con  una sorprendente Cecina de lomo bajo de vaca, que el mismo seca durante dos o tres meses con sal y adoba con pimentón y aceite.

No podía faltar su apreciada Ensalada templada de pimientos rojos y verdes, acompañada de atún y boquerones en vinagre con aceituna. Una combinación que marida a la perfección. Deliciosos. Complementamos los entrantes con dos fuentes de Tomate de la tierra. Una aliñada con aceite y ajo y otra acompañada de un suave y fresco queso pasiego, aceite y orégano.


Como plato principal optamos por probar una Presa ibérica y un Chuletón de res vacuna acompañada de patatas fritas y pimiento rojos asados. Excelente y muy buen punto de parrilla.



Dejamos para otra ocasión la degustación de quesos, entre los que destacan la Torta de la Serena de intenso aroma e untuosidad, y optamos por probar unas tartas caseras, a base de sobaos bañados, creo con una crema de coco y orujo, muy rica; y otra  con naranja y chocolate.

Finalizamos nuestra comida con unos Orujos de Potes y Aguardiente de Cereza del Jerte mientras charlábamos un rato con Venancio quien nos contó, con cierta nostalgia, sus inicios como electricista, su paso por la Marina Mercante transportando carbón y mineral para los Altos Hornos, sus andanzas por los Picos de Europa y, cómo finalmente, recaló hace ya unos 40 años en Liebana regentando allí una Taberna hace ya muchos años atrás.



A pesar de sus años, Venancio mantiene un espíritu joven y emprendedor, como dan fe el brillo y vivacidad de sus ojos cuando ilusionado nos cuenta los secretos de sus platos; y  enseña las Habitaciones y Apartamentos que, encima  de su Taberna, hace poco ha inaugurado. Muy acogedoras e ideales para pernoctar tras una copiosa comida en la Taberna.

Quedamos muy agradecidos por la amabilidad y atenciones que Venancio dispensó a los Cofrades de la Muy Digna que se desplazaron a este precioso entorno rural en la cabecera de los Valles Pasiegos a tan solo 23 km de Santander y muy próximo al Parque de la naturaleza de Cabárceno. ¡Gracias Venancio, enhorabuena.Volveremos…¡

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