martes, 4 de octubre de 2016

EL CAMPILLO, UNA BUENA RAZÓN PARA VISITAR LACIANA


En la salida gastronómica de La Cofradía de La Muy Digna, organizada a las tierras de Luna y Babia por nuestro Cofrade Lorenzo, no podíamos dejar de acudir a la vecina Comarca de Laciana con el pretexto de comer en el Restaurante el Campillo, una auténtica referencia gastronómica de la zona, comandado por Abel Díaz González.


Este joven e inquieto cocinero, formado en la  Escuela de Hostelería de Villanueva de la Cañada en Madrid, y tras su paso, entre otros lugares, por el Hotel Prado de la Capital de España, regresó a Laciana, tras el fallecimiento de su padre, trabajador de la mina, para ayudar a su madre con el mesón que éstos había  abierto en 1982.

Laciana, orgullosa de su pasado minero, hoy, curiosamente enfoca su futuro gracias al potencial turístico y la belleza de unos  paisajes otrora tan castigados por la minería a cielo abierto sin control medioambiental.

Declarada Reserva de la Biosfera desde 2003 y bañada por el curso alto del Rio Sil es lugar visitado por turistas, pescadores y cazadores que quieren perderse por  éstos recónditos parajes; en los que sus montes y bosques son territorio del oso, del lobo y  el urogallo entre otra Fauna; sus brañas lugar de pasto de una abundante cabaña vacuna y sus pastizales de altura repletos de rebaños de ovejas y corderos que acuden cada verano en trashumancia desde Extremadura.



El Campillo, remodelado tras el regreso de Abel, es respetuoso con la arquitectura de la zona, a base de piedra, pizarra y madera, cuenta con unos espaciosos  y luminosos comedores gracias a sus  amplios ventanales con vistas a la recóndita y preciosa Aldea de Sosas de Laciana. Es normal ver en sus paredes exposiciones de cuadros de jóvenes y consagrados pintores como Eduardo Arroyo, Lacianiego de adopción.



La Cocina de Abel  es cocina de temporada con fuertes raíces de la zona. Le gusta innovar pero respetando la tradición, el producto y los sabores de siempre.

En nuestra visita Abel nos ofreció un Menú elaborado para tal ocasión. Comenzamos, como no podía ser de otra manera  en esta Tierra, con Embutidos de León de la zona de Geras de Gordón a base de Lomo curado y Chorizo; una Cecina de vaca tierna y aromática acompañados con unas sorprendentes tostas de  Paté de cecina elaborado por Abel.



Las Chacinas las acompañó   Abel con una  cuidada y acertada selección de Quesos leoneses y asturianos excelentemente afinados. Como transición, nos ofreció una refrescante y bien aliñada Ensalada.



 Continuamos nuestra pantragruélica comida con un modesto pero delicioso Pote de Berzas con Morcillas de Caboalles elaboradas al estilo tradicional.

 Aquí Abel nos preparaba otra sorpresa. Nos presentó el pote en dos versiones; una, la tradicional, acompañado de morcillas y otra mas moderna, en la que las carnes y chacinas venían ya desmenuzadas.





Por último, haciendo un hueco en nuestro repletos estómagos y saciados paladares , no podíamos irnos del Campillo sin probar su famosa Caldereta de Cordero. Intensa de sabor, tierna  y melosa de punto, producto de la calidad de sus corderos y pastos, y su prologada cocción a fuego lento.


A pesar del ofrecimiento de Abel, dejamos para otra ocasión probar otras carnes (solomillo con boletus de temporada, o el pollo de corral, son otras  de sus especialidades) que tienen todo el sabor de sus abundantes “bráñas” o pastos frescos de montaña.

Una excelente ocasión para regresar es acudir a  degustar los productos de la matanza, jornadas que Abel encarecidamente nos  recomendó.

Rematamos con un postre casero, una deliciosa tarta de la abuela, a base de galleta y chocolate, y unos sorbetes de limón.

Acompañamos la comida, a sugerencia de Abel por su excelente calidad precio,  con un vino joven del Bierzo elaborado con Uva Mencía por la Bodega Losada Vinos de Finca, El Pájaro Rojo, con muy buena acidez y aroma a fruta fresca.


Tras la sobremesa pudimos charlar con Abel quien nos hizo un breve apunte biográfico suyo; nos habló de sus muchos proyectos en mente, entre otros abrir un pequeño hotelito rural junto al restaurante, mostrándose en todo momento entusiasta y orgulloso de su tierra y su profesión.

Se ve a las claras que es una persona inquieta y emprendedora, que tiene  pasión por lo que hace y quiere, estando  comprometida con el futuro de la Comarca de Laciana tan castigada por el declive de la Mina.

Desde aquí queremos agradecer como Cofrades de la Muy Digna la cálida acogida y excelente servicio que Abel, y todo su Equipo, nos dispensó deseándole un prometedor futuro a sus Proyectos que a buen seguro pronto se harán realidad. ¡Hasta pronto¡

1 comentario:

  1. SI tienes que hacer una INVITACIÓN ,EL CAMPILLO es un LUGAR para DISFRUTAR con TU GENTE . SALUD , la vida son pequeños MOMENTOS.

    ResponderEliminar