Un plato que no puede faltar en ningún hogar, elaborado con ligeras variaciones según la Región. En unos lugares, como Andalucía, la hacen con tomate; en el País Vasco le ponen ademas de tomate, choriceros y guisantes con abundante zanahoria o otros la guisan simplemente con una salsa a base de ajo, cebolla y vino blanco.
Tambien es importante elegir la carne más adecuada para que nuestra receta quede bien tierna y melosa, sin olvidarnos de ponerla a marinar con hierbas aromáticas y algún licor para que se ablande y se impregne de aromas.
Particularmente resulta apropiada para guisar, el morcillo (jarrete, chamón o zancarrón ) o la carne de ahuja. Últimamente tambien se han puesto de moda por su textura las carrilleras, bien de vacuno o ibéricas. La Aleta es ideal para hacerla rellena y enrollada.
En ésta ocasión utilizaremos el morcillo (las pantorrillas), carne muy magra y jugosa
Ingredientes: (6 pax):
1,5 kg de morcillo
o zancarrón
2 zanahorias
1 cebolla
1 pimiento
italiano
½ pimiento
rojo
4 dientes de
ajo
¼ de puerro
125 g. de
guisantes
1 vaso de
vino blanco seco
1 vaso de
brandy
Especias
(tomillo, romero y orégano)
1 cucharada
de pimentón dulce
Pimienta
negra
Sal
Agua o caldo de carne
AOVE
Elaboración:
Pedimos nos corten en la carnicería en trozos grandes nuestro morcillo. Antes de ponernos a cocinarlo retiramos el
exceso de grasa y nervios que tuvieran los trozos y los ponemos a marinar unas
6/8 horas con tres dientes de ajo troceados, las especias (tomillo, romero y
orégano) y la copa de brandy.
Pasado éste tiempo, retiramos los trozos de la carne y los secamos.
Tiramos el líquido del marinado. A
continuación ponemos en la olla a presión un poco de aceite y ajo cuando esté
caliente vamos introduciendo los trozos de la carne para dorarlos por todos los
lados. Según se van haciendo los retiramos, salamos y reservamos.
En el mismo aceite donde hemos dorado la carne sofreímos las verduras
que previamente habremos cortado toscamente, para darle un aire rustico a nuestra carne guisada, levantando los jugos de la carne que hayan
quedado en el fondo de la olla.
Una vez listo el sofrito añadimos la carne, la cucharada de pimentón,
la pimienta, revolvemos y vertemos la copa de vino blanco; dejamos se evapore
un poco y finalizamos añadiendo dos vasos de agua (También podríamos utilizar
caldo de carne).
Cerramos la olla y dejamos que este cociendo el guiso unos veinticinco o treinta minutos. Pasado este tiempo
abrimos la olla y añadimos los guisantes y dejamos que prosiga la cocción a
fuego lento otros quince minutos mas. Corregimos de sal y añadimos agua si
fuera necesario. Si quisiéramos la salsa un poco mas consistente y espesa
diluiremos en caliente una cucharada de maicena.
Mejor prepararla el día anterior y dejar que el guiso se asiente y se
concentren los sabores.
A la hora de servir el plato acompañaremos con unas patatas que hemos cortamos en trozos menudos y frito. Otra opción que le va muy bien a nuestro guiso sería servirla con un puré de patata que haremos añadiendo a la patata abundante mantequilla y leche entera para que quede cremoso y bien espeso.
Salud Cofrades y a disfrutar de este sencillo y suculento plato.
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